Bus Fangoria Euro Pride Madrid
Euro Pride Madrid
A estas alturas, me parece más superficial y vacío que nunca levantar murallas entre las personas por motivos tan arbitrarios como las diferencias de religión, de pensamiento, de físico, de preferencias sexuales, etc. Si algún día la sociedad se libra de ciertos complejos, ya no habrá necesidad de manifestaciones, será sólo una fiesta.
Lo que congrega aquí a tanta gente, de todas las clases y condiciones, es la posibilidad de encontrar, en medio del bullicio y el estrés de la metrópoli, un paréntesis de liberación, un breve pero intenso descanso de las ataduras y los complejos con los que tanto le gusta asfixiarse a la especie humana.
Toda reivindicación de los derechos que se le niegan a una persona o a un grupo (siempre que estos derechos no interfieran con los de otros) no es, en el fondo, la lucha de un colectivo concreto, sino la de todo el mundo.
Montones de personas, de historias, cada uno un mundo...Si siguiéramos a cada una de estas personas en su cotidianeidad, encontraríamos actitudes y sentimientos de todo tipo; mucha tolerancia y mucha intolerancia, mucha buena y mucha mala intención...pero ese día, a esa hora, algo unía a todo el mundo, y ese algo tenía que ver con la libertad y el respeto. Esta reunión me atrajo, más que por el quién, por el cómo; lo que la hace especial no es el quién está o quién no -algo que no deja de ser aleatorio, y, además, todo el mundo es especial en el fondo-, sino el cómo tuvimos la oportunidad de estar allí, en esas horas especiales.
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